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Las personas y los gatos pueden convivir con tranquilidad en este periodo de la COVID-19

15.04.2020

Las personas y los gatos pueden convivir con tranquilidad en este periodo de la COVID-19



• Los animales son las víctimas colaterals de la dolencia de las personas

• El papel de las mascotas en la COVID-19 es negligible: nos reiteramos en nuestro mensaje de calma



Barcelona, 8 abril 2020 - Es muy importante reforzar que el papel que juegan las mascotas en la epidemiología de la COVID-19 es negligible. Hasta ahora, no tenemos ninguna evidencia que haya una transmisión de los animales a las personas. Para aclarar dudas y ofrecer la información más cuidadosa y veraz posible, hemos hablado con el veterinario, catedrático de la UAB e investigador de IRTA-*CReSA, Joaquim Segalés. Él nos ha respondido nuestras preguntas.

Muchas informaciones que han salido a día de hoy a los medios de comunicación y en las redes sociales, en referencia en algunas investigaciones científicas, pueden desencadenar que alguien piense que los gatos pueden infectar las personas. Y no, con los datos que tenemos, los gatos no pueden infectar las personas. Los gatos, más bien son las víctimas colaterals de la dolencia de las personas.



Cómo se puede infectar un gato?

Para que un gato se infecte, se tienen que dar unas circunstancias muy concretas. Tenemos que tener una persona infectada con dolencia clínica que pueda excretar una cantidad importante de virus y tener un contacto muy próximo con este gato. A pesar de que se diera este escenario, tampoco sabemos si efectivamente los gatos se acabarían infectando ni en qué frecuencia.



Hay que tomar precauciones adicionales?

Las mismas que se han dicho desde un inicio: medidas básicas de higiene y de una cierta distanciación. Estas serían más que suficientes. Si hay personas con sintomatología clínica de tipo respiratoria, lo ideal es que no tenga contacto con su mascota. Y si durante un determinado periodo de tiempo esta mascota la puede cuidar un familiar u otra persona, mucho mejor. Así se evita la potencial eventualidad de exponer el virus en el gato.



Estas investigaciones científicas justificarían un abandono?

En ningún caso. Sentir que hay abandonos, sería la noticia más triste e injustificada que se puede dar. Las investigaciones realizadas sugieren que el gato es susceptible a la infección, pero cuando se infecta con una dosis vírica muy elevada. Además, la posibilidad de transmisión de gato a gato, hecho que se ha estudiado en este trabajo científico, es muy limitada. Por lo tanto, es altamente improbable que un gato, a pesar de estar infectado, pueda llegar a ser un problema por las personas. Más bien seria a la inversa. Así que si tomamos unas medidas mínimas de distanciación y de higiene no tenemos que tener ningún problema al tener una mascota y disfrutarla cómo hemos hecho siempre.



Sobre el tigre del Bronx

Se ha sabido que uno de los cuidadores del tigre presentaba sintomatología clínica compatible con la COVID-19. Por lo tanto, se piensa que el felino fue, de nuevo, una víctima colateral del cuidador. Sería el equivalente a una zoonosis reversa. Siempre entendemos la zoonosis la transmisión del animal a la persona y aquí es a la inversa, la transmisión es de la persona al animal.



Los gatos: un modelo para desarrollar vacunas

La lectura que se hace de los datos disponibles, que todavía son muy limitadas, es que probablemente los felinos (y quizás va más allá del gato o el tigre) parece ser que son más susceptibles que otras especies animales al SARS-*CoV-2. Por lo tanto, los gatos podrían llegar a ser un modelo útil para testar la eficacia de vacunas y antivíricos.



Qué se desprende del estudio del Instituto de Investigación Veterinaria de Harbin?

Este estudio desarrollado en China inoculó con lo SARS-*CoV-2 en perros, cerdos, gallinas, patos, gatos y hurones. En una infección experimental, normalmente se utilizan dosis muy elevadas de virus, que habitualmente no se corresponderían en una situación de exposición natural, puesto que se quiere asegurar la susceptibilidad del huésped correspondiente. Se observó que cerdos, patos y pollos no eran susceptibles a la infección del virus. Los perros resultó que sí que podían ser susceptibles, puesto que dos de ellos se acabaron seroconvertint, pero replicaban muy limitadamente el virus. Finalmente vieron que gatos y hurones sí son susceptibles al virus, que lo podían replicar y excretar y, incluso, ser capaces de infectar un animal que tengan en contacto, aunque también de forma muy limitada.



Experimento en el laboratorio versus realidad

Como decíamos, en un experimento se usa una cantidad de dosis vírica infectiva muy elevada. En los casos cotidianos, como el caso del gato belga u otros casos similares, el animal ha sido expuesto a las secreciones de un paciente de la COVID-19, y son cantidades habitualmente muy inferiores a la dosis infectiva que se utiliza en una infección experimental. Por lo tanto, queda relativamente claro: los gatos soportan replicación vírica, pero jugarían un papel negligible en la transmisión de la dolencia. Repetimos: los gatos son víctimas colaterals.



Podemos basar los comentarios en uno o dos estudios científicos?

No, necesitamos mucha más información. Ahora mismo, estamos basando una serie de comentarios en un solo estudio científico, o en dos, y la ciencia necesita mucho más camino. Necesita ver que un hecho se da no solo en un experimento, sino sistemáticamente en un conjunto de experimentos, y que este hecho es reproducible no solo una vez, si no múltiples veces.



Podemos mantener la calma?

La presencia mínima detectada del SARS-*CoV-2 en animales nos permite confirmar que no hay ningún riesgo en la convivencia con los animales y, en concreto, con los gatos. Con las recomendaciones de distanciación y de higiene tendría que ser suficiente como para asegurar que no transmitimos la infección al animal.



Recomendaciones por los propietarios de mascotas:

• Lavarse las manos antes y después de tocar el animal.

• Limpiar las almohadillas de los perros después de pasearlos y los de los gatos si salen a la calle.

• Evitar que los gatos salgan al exterior.



Si la persona presenta síntomas de tipología respiratoria y/o es positiva en COVID-19 el ideal seria que alguien otro se hiciera cargo del animal. Si nadie lo puede hacer, hará falta:



• Mantener una cierta distanciación con el animal y evitar que el animal entre en contacto con otras personas y/o animales.

• Extremar la higiene de las manos antes y después de tocar el animal y utilizar mascarilla.

• Si el animal tiene que ir al veterinario, pedir a alguna persona sana que le lleve. En todo caso, avisar telefónicamente antes de desplazarse y explicar la situación porque el veterinario pueda tomar las medidas pertinentes.

• Si ni la persona positiva, ni nadie otro, puede cuidar de su mascota se tiene que poner en contacto con la administración para la correcta gestión del animal.



Des dels Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya, los cuatro Col·legis Oficials de Veterinaris, el Departament de Salut i el Centre de Recerca de Salut Animal IRTA-CreSA i Facultat de Veterinària de la Universitat Autònoma de Barcelona podemos afirmar:



No hay evidencia científica de que los gatos transmitan lo SARS-*CoV-2 a las personas.

Los casos notificados de animales positivos lo eran porque se habían contagiado de sus cuidadores o propietarios, los cuales sufrían la COVID-19. La sintomatología de los animales era leve. Los estudios experimentales demuestran una capacidad limitada de infectar unos animales a los otros.

La gente puede continuar conviviendo y disfrutando de sus mascotas con tranquilidad y con las precauciones de higiene necesarias durante este periodo de confinamiento.




(fuente: Col·legi de Veterinaris de Girona)

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